Después de toda una noche de agua y fuerte viento, el día no cambia mucho y lo que iba a ser una jornada agradable, se convierte en desapacible y muy pesada, lo peor de correr o ir en bici no es la lluvia ni el frio si no el viento, que como en este caso nos da de cara sin descanso, con lo que tenemos que detener nuestra marcha en Medina del Campo, y pasar la noche en el seminario de los padres Carmelitas , los cuales acogían peregrinos, y la verdad que muy bien atendidos.
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