Ya estoy en Santiago, por segunda vez he cumplido mi objetivo, esta última etapa era como yo la recordaba, un poco dura, siempre subiendo y bajando lo que llaman rompe piernas, pero por fin en la plaza del Obradoiro me doy cuenta que ha merecido la pena, al ser mi segunda vez, aunque me ha dado alegría , no he sentido ese hormigueo que sentí la primera vez que entre a esta plaza, en la que solo era yo y nadie más, esta vez he podido observar a otros compañeros que entraban por primera vez allí, y reflejaban en su cara la felicidad de haber hecho algo tan simple pero tan bonito, como es recorrer una distancia por su propios medios, y recoger una experiencia más para escribir un capítulo de su vida.
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