De nuevo, nos aventuramos dirección al Escorial, donde una vez intentamos desde allí, recorrer los 15 km que nos separaban de la cima del monte Abantos, a mas de 1850 m de altura, y que por desconocimiento del terreno y el fuerte frío que acompañaba a la gélida lluvia no pudimos coronar y lo que es peor disfrutar del entorno que nos ofrecía.
Por las calles empedradas de la ciudad, pasamos por el Monasterio para comenzar con las primeras rampas duras que nos adentraron en el frondoso bosque de pinos
Comienzan a caernos las primeras gotas de lluvia que nos ponen el miedo en el cuerpo, aunque rápidamente desaparecen, dejando una temperatura idónea para continuar con la ascensión
Salimos del asfalto y nos adentramos por una vía forestal, en este punto la primera vez que lo intentamos, nos era casi imposible continuar la marcha por el fuerte vendaval y terminamos en otro punto geográfico cerca de la cima
Pero en esta ocasión todo estaba a nuestro favor, giramos en el cruce que nos pasamos de largo la primera vez, y tras un par de kilómetros por un sendero pedregoso casi intransitable para ir en bici, llegamos a nuestro destino.
Una vez mas me encuentro aquí, en lo mas alto, rozando el cielo, con los sonidos inconfundibles de la naturaleza, mas que sonidos susurros, en esta paz sosegada, divisando el horizonte, la pena es que esto solo dure unos momentos y después al mundanal ruido, aunque siempre me queda el recuerdo hasta la próxima vez que regrese a este u otro de los lugares de los que poca gente sabe disfrutar
VIDEOS:
http://www.youtube.com/watch?v=wZ8Hi2T5tz0&feature=youtu.be
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